Los bojes enclaustrados

En el claustro de la Catedral de Segovia existen cinco magníficos ejemplares de árboles de boj. Son centenarios. ¿Cual es su historia? Después de esbozar la historia del propio claustro, se propone una posible historia de estos bojes y se pide el reconocimiento de su valor y su protección adecuada.

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Cloistered box trees
In the cloister of the Cathedral of Segovia (Spain), there are five gorgeous specimens of box trees (boxwood). These are centennials. What is their story? After outlining the story of the cloister itself, a possible story of these boxwoods it is proposed and calling for recognition of their value and their protection.

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Cloîtrées buis
Dans le cloître de la Cathédrale de Ségovie (Espagne), il existe cinq spécimens magnifiques de arbres de buis. Ils sont centenaires. Quelle est leur histoire? Après avoir rappelé l’histoire du cloître lui-même, il est proposé une histoire possible de ces arbres de buis, et réclame à la reconnaissance de leur valeur et leur protection.

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Árboles y Claustros.

¿Quién no ha oído hablar del Ciprés del claustro del monasterio de Silos, o simplemente del Ciprés de Silos (1)?, ¿Famoso verdad?. Pues los protagonistas de esta historia no deberían serlo menos, debiendo incluirse al igual que aquél en las relaciones de árboles singulares y/o monumentales.

Me refiero a los bojes de la catedral de Segovia, a los bojes del claustro de la catedral de Segovia.

El prado del Claustro en la actualidad. Bojes magníficos.

El prado del Claustro en la actualidad. Bojes magníficos.

¿Bojes? Es un término que, en general, por infrecuente, nos suena raro. Solemos hablar del “boj” como esa planta perenne y de reconocible olor, que frecuenta los jardines clásicos. Hablamos de “setos de boj” o de “esculturas vivas de boj”, pero ¿bojes?

Pues si, en este caso son bojes. Verdaderos y únicos árboles de boj, y….en un claustro segoviano.

La “dama” de las catedrales: La catedral de Segovia y su claustro.

La Santa Iglesia Catedral de Segovia se consagró en 1768 bajo la advocación de La Asunción de María y de San Frutos, después de más de casi dos siglos y medio de construcción. Leer más en: (Nota 2), (Nota 3) y (Nota 4). La última en estilo gótico, del parque nacional de catedrales, que reemplazó a otra anterior románica, la antigua catedral de Santa María (siglo XII) que en 1521 quedó dañada a consecuencia de la Guerra de las Comunidades, proponiendo Carlos I de España (V de Alemania) al cabildo la construcción de la nueva.

Vista aérea de la Catedral.de Segovia . Los bojes asoman desde elclaustro

Vista aérea de la Catedral.de Segovia . Los bojes asoman desde elclaustro

De la antigua, situada cerca del Alcázar, se trasladaron varios elementos entre los que destaca el Claustro, que era ya gótico, labrado para su primer emplazamiento entre 1463 y 1479, por orden del obispo Juan Arias Dávila, que encomendó al maestro bretón Juan Guas, y en cuya obra trabajaron también Juan de Ruesga, Antón Egas y Sebastián de Almonacid. Su desmontaje y reconstrucción en la nueva catedral, fue dirigida por Juan Campero entre 1558 y 1563, quedando definitivamente en el lugar que ocupa en la actualidad.

Son los claustros de casi todas nuestras catedrales góticas una peculiaridad hispana que dan no poco valor añadido a estos monumentales edificios religiosos. Según la denominación clásica se conforma en base a cuatro pandas (las galerías) entorno a un prado (el patio central o jardín) que se igualan en superficie. Ver (Nota 5).

Pues bien, es en el jardín, en el “prado” de este precioso claustro del siglo XV, lo más antiguo de la catedral, dónde nos sorprende la presencia de nuestros “bojes”, cinco magníficos ejemplares arbóreos de boj. Cinco centenarios árboles.

Es muy extraño encontrar ejemplares de boj con este porte (el que esto escribe, no lo ha conseguido después de muchas horas de búsqueda y consultas, solamente al parecer, algún ejemplar en el bosque británico de  Chequers que se cita en la nota 7),  y algún otro autor también lo comenta (Nota 14).

Esta especie es muy empleada en jardinería desde tiempos inmemoriales (hay constancia de su empleo por los romanos y griegos), existiendo ejemplares varias veces centenarios en destacados jardines por todo el mundo, pero de portes amoldados al capricho de los jardineros versados en el arte «topiario». Si deben existir algunos pocos verdaderos árboles de estructura “natural” en contados bojedales silvestres en escondidos valles de las montañas pirenaicas y alpinas, hablando solo de Europa. En cualquier caso, estos ejemplares segovianos son excepcionales y son monumentales por doble razón, su porte y su entorno.

De boj, bojes y bojedales

El boj común (Buxus Sempervirens) es una planta de porte generalmente arbustivo y raramente como pequeño árbol, que según la bibliografía puede alcanzar entre los 8 y los 12 metros como máximo (se citan los 15 o 20 metros en la zona subtropical de su distribución). Su crecimiento es muy lento (del orden de 1 mm cada dos años en diámetro de su tronco), pudiendo alcanzar los 600 años (Ver nota 7).

Boj

Boj

El boj es muy apreciado por su dura y densa madera que no flota y es empleada desde tiempos remotos en el labrado de herramientas e instrumentos, pero sobre todo su reproducción por esquejes y su fácil moldeado por poda que soporta bien, fomentó su empleo en la construcción de setos y jardines. Gracias a esto su distribución de la mano del hombre es prácticamente mundial.

Originaria de Europa y Asia Menor, se encuentra de forma silvestre en la zona norte y oriental de la Península, en terrenos calcáreos.

Asi las cosas, podemos disfrutar de su particular aroma en multitud de los jardines de nuestras ciudades. En Madrid, por ejemplo en la Plaza de Oriente, o en el Parque del Retiro, en los jardines del Monasterio del Escorial, o llevarlo a casa en pequeñas macetas disponibles en todos los viveros.

Pero si queremos encontrarlo en su estado silvestre, nos costará bastante más. Por ejemplo en la Comunidad de Madrid no hay noticia de la existencia de bojeda alguna (Nota 8). Pero en otras comunidades, haberlas ¡haylas! (Nota 9).

Pero lo que es verdaderamente singular es contemplar ejemplares de casi 10 metros, ¡y nada menos que cinco de ellos juntos!

Y lo tenemos al alcance de la mano y en un entorno monumental. El claustro de la catedral de Segovia. Aquí lo tenemos. Dispuestos de una manera aparentemente irregular. En torno al pozo. Fruto probable de ¿algún canónigo caprichoso o de un celoso jardinero? Supervivientes de los años y las reformas. Salvados por su propio enclaustramiento (Nota 10).

La hipótesis

¿Cual es la historia de estos árboles?, ¿Alguién la conoce?

Probablemente no, no obstante si alguno de los que leéis esto, sabe algo al respecto, o puede aportar algún dato o pista, será muy bienvenido. Mientras tanto aquí tenéis una posible historia.

La historia posible…..avatares de un claustro.

Ya sabemos que nuestro claustro, después de su traslado piedra a piedra, a mediados del XVI, a su ubicación actual se mantuvo sin grandes cambios, olvidado por varios siglos. Esto es compatible con la tónica de lenta agonía, que la propia ciudad de Segovia, vivía durante ese tiempo, y que no comenzó a variar hasta bien entrado el siglo XVIII, en el cual precisamente se dieron por acabadas las principales obras de la construcción de esta tardía y última catedral “gótica”, consagrada finalmente como ya hemos dicho en 1768.

Pues bien, fue llegando a esa fecha, unos años antes, en 1763, cuando nuestro claustro necesitado ya de reparación y puesta a punto, llamaría la atención del Cabildo.

Claustro de la Catedral. Grabado 1843. Ventanales semicegagos

Claustro de la Catedral. Grabado 1843. Ventanales semicegagos

El obispo titular en aquella fecha Manuel Antonio Murillo Argaiz (1752-1765) lo suponemos en frecuente relación de años con la Reina madre, Doña Isabel de Farnesio, que hasta la muerte de Fernando VI en 1759, se había dedicado con pasión al diseño y construcción de los palacios de los reales sitios de San Ildefonso en la Granja y Riofrio, atrayendo y concentrando allí a grandes maestros de la construcción y la jardinería italianos y franceses (Nota 11).

La llegada al trono de España, de su hijo Carlos III, la llevaron a trasladar su residencia más cerca de Madrid (Nota 12), provocando la ralentización de las obras de los palacios segovianos, reduciendo la actividad de los maestros citados en aquellas obras durante esos años.

Es posible pensar entonces, que la confianza del prelado, le animara a solicitar de “su majestad”, el que aquellos afamados arquitectos, «echaran un vistazo» a ese claustro en riesgo de ruina para atender su reparación y puesta al día.

El caso es que, según nos cuenta José Miguel Mérino de Cáceres (Nota 5), el entonces Director de las obras del Palacio de Riofrío, el italiano Pedro Sermini (Nota 6), visitó por orden de la Reina Madre, el 25 de julio del citado año 1763, el claustro para proceder a su evaluación y siguiente actuación.

A pesar del origen italiano de Isabel de Farnesio, ella prefirió las modas francesas de jardinería, para su aplicación en los jardines de los palacios de La Granja, De cualquier forma el boj, era un elemento ampliamente empleado en todos los jardines “a la moda”, y como se puede comprobar, también se plantó con generosidad en los jardines de La Granja.

Aunque no encontramos referencia alguna al estado o reformas aplicadas en el prado de nuestro claustro en aquella fecha, no sería extraño pensar que, entre las especies con las que se resolviera nuestro jardín interior, en aquella reforma de 1763, se incluyera el boj como elemento de plena moda ¿verdad?

Pues ya los tenemos allí. Nuestros bojes en su lugar. Puede que fuesen inicialmente parte de un seto o se quisieran para formar algún macizo recortado…..no sabemos, pero esto justificaría su aparente posición “irregular”.

Si podemos afirmar que nuestros ejemplares de boj, fueron muy afortunados en su suerte. Esta podría haber sido su historia en los años siguientes.

Durante el reinado de Carlos III, que falleció en 1788, y el de su heredero Carlos IV, y hasta la Guerra de la Independencia en 1808, cabe suponer que nada malo perturbó la paz de nuestro claustro “ilustrado”. Y nuestros bojes con unos 45 años, ya podían tener un tamaño mediado, pudiendo no obstante, pasar desapercibidos en un hipotético prado poblado de otras varias especies de crecimiento más rápido.

Sabemos que la ocupación de Segovia por los franceses perduró durante toda la contienda hasta su fin en 1813. Es probable pensar que en este periodo nuestro prado no recibiera mucha atención.

Panda del claustro con dos ventanales semicegados- Finales siglo XIX

Panda del claustro con dos ventanales semicegados- Finales siglo XIX

Podemos también pensar que el cegamiento hasta media altura, de los ventanales del claustro que se llevó a cabo en la intervención de Sermini, favorecería un posible abandono del interior de prado, y a la vez el crecimiento no habitual, de los bojes en aquél entorno y su conservación, dado que desde las galerías no se facilitaba la visión del patio a los que por él deambulaban, como podemos observar en los grabados de la época.

No fue hasta 50 años después, continua Merino de Cáceres (Nota 4), cuando entre 1883 y 1884 el arquitecto municipal y diocesano Joaquín María de Odriozola, gran impulsor del nuevo ordenamiento de la ciudad, abrió parte de los ventanales cegados (las de la zona norte y de saliente), siguiendo el dictado de Enrique María de Repullés y Vargas, y reformó de nuevo el conjunto, salvándose de nuevo nuestros bojes protagonistas, además de otros ejemplares de varias especies, de los que ya tenemos constancia.

En estas fechas ya centenarios los bojes, con unos 120 años tendrían una altura estimada de unos dos metros y medio y un grueso de tronco de “sólo” unos 6 cm de diámetro. Nada llamativo para las especies más comúnmente empleadas, que son de más rápido crecimiento.

Un romántico viajero inglés

Es de unos pocos años después, entorno a 1890, cuando encontramos un primer testimonio gráfico y una referencia escrita de nuestro claustro y su contenido.

Se trata de un relato del viaje por España de un aventurero británico llamado Charles W. Wood “The Romance of Spain” editado en 1900 en Londres y que incluye un grabado del claustro y nos relata sus sensaciones ante la contemplación del mismo.

Podemos leer al completo este pasaje y disfrutar del grabado, en el documento que se anexa aquí (Nota 13).

Se menciona específicamente la existencia de “cipreses y otros árboles” en profusa pero agradable “maraña”.

Esta cita es particularmente importante porque, en nuestra opinión, corrobora nuestra hipótesis, del desarrollo de un jardín inicialmente planificado y cuidado, pero luego sometido a un cierto abandono de décadas, durante la mayor parte del siglo XIX que fue de transición decadente en Segovia.

Postales antiguas

Ya en el siglo pasado (Nota 15) , una antigua tarjeta postal de entorno a 1920 (Postal de Segovia. Nº 47 Catedral Patio del Claustro, Comercial Dolores Lazaro, Ed. Grafo Madrid) nos muestra claramente la supervivencia en aquella fecha de los citados cipreses, y otros árboles y “por fin” lo que podría ser una imagen de uno de nuestros bojes.

Postal 1920

Postal 1920

En el centro de esta imagen, delante de un ciprés y en línea con la puerta de acceso al prado, allí está claramente uno de nuestros ejemplares. Con una altura que podemos estimar en unos cuatro metros y diámetro de tronco todavía del orden de los 8-9 cm. de diámetro, compatible con los 150-160 años de edad.

Claustro Catedral Segovia Postal años 20

Claustro Catedral Segovia Postal años 20

El aspecto general del conjunto seguía manteniendo ese cierto “desorden” ornamental, similar al descrito por los viajeros británicos tres décadas antes.

Otra postal encontramos veinte años después (de 1940). Lamentablemente el ángulo de la foto sólo nos deja ver una zona bastante “rala” correspondiente a la esquina sur del patio, pero podemos observar con claridad los ventanales de las pandas sur y de poniente todavía sin “rasgar”, tal y como estaban todas desde que, presumiblemente se tapiaran así, en el siglo XVIII como arriba se ha dicho.

El Claustro en 1940 aproximadamente. Algunos Ventanales seguian semicegados.

El Claustro en 1940 aproximadamente. Algunos Ventanales seguian semicegados.

La falta de plantas en esta foto, nos inclina a pensar en la posibilidad de que en aquellos años se eliminara parte de la vegetación, dejando solamente los arbustos y árboles más desarrollados.

Tiempos de cambio y “crisis”. Hoy.

En fin, ya en la segunda mitad del siglo pasado, la mayor sensibilización por el cuidado del patrimonio histórico y artístico y la llegada del desarrollo y el despegue económico, hizo que se realizaran periódicamente, actuaciones de reparación y/o reestructuración en toda la catedral sin olvidarse del claustro, como muy bien describe el ya citado José Miguel Mérino de Cáceres y que podéis leer en su articulo “La remodelación del jardín claustral de la Catedral de Segovia” publicado en El Adelantado de Segovia y la Revista “Circular AEP 03_2011,(Asociación Española de Paisajistas) nº pagina 31, en junio de 2011. En este y alguna otra nota de prensa en relación con esta última reforma, llevada a cabo en ese mismo año, por fin, se citan como “monumentales” y “centenarios” a nuestros bojes protagonistas, que ahora se yerguen en solitario como única especie arbórea en el jardín.

Así “milagrosamente”, podemos decir que, estos árboles excepcionales han superado la prueba. En una reciente visita en febrero de 2013, damos fe de que los cinco ejemplares gozan de buena salud en su reformado entorno, alcanzan al menos los 10 metros por unos 20-25 cm de diámetro, compatible con los al menos 250 años que deben tener.

El Claustro en julio de 2012

El Claustro en julio de 2012

Ahora, sólo es necesario que, después de un estudio riguroso, a llevar a cabo por especialistas botánicos, se recoja y documente en cuantos catálogos e inventarios de árboles singulares y dignos de especial protección sea preciso, para asegurar su supervivencia durante unos cuantos siglos más…(¡y nosotros que lo veamos!).

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Notas

(1) El Ciprés de Silos tiene alrededor de 130 años y saltó a la fama gracias al soneto que le dedico el poeta Gerardo Diego a raíz de una visita al Monasterio en 1924.
(2) «La Catedral de Segovia» – Jose Antonio Ruiz Hernando.
(3) «La Catedral de Segovia en el Barroco» – Jose Antonio Ruiz Hernando.
(4) “Las Gárgolas de la Catedral de Segovia” Bonifacio Bartolomé Herrero y Carlos Sánchez Diez. Estudios Segovianos nº 108 año 2008, paginas 205 a 239. En la figura C de la pagina 224 se apuntan nuestros bojes sobre los aleros del claustro.
(5) «La Remodelación del jardín claustral de la Catedral de Segovia» José Miguel Merino de Cáceres, Catedrático de Historia de la Arquitectura de la E.T.S de Arquitectura de Madrid, publicado en El Adelantado de Segovia en dos entregas (1) (2) y en la Revista “Circular AEP” (3), (Asociación Española de Paisajistas) nº 03_2011, pagina 31 y siguientes, en junio de 2011
(6) Sobre el Palacio de Riofrío y Pedro Sermini http://www.museodelprado.es/enciclopedia/enciclopedia-on-line/voz/riofrio-palacio-real-de/
(7) Ver más en
http://www.etnobotania.com/2012/11/boj.html
http://www.ambiente-ecologico.com/ediciones/074-09-2000/074-miguel-uceda.html
y en Gran Bretaña (http://gabrielhemery.com/tag/buxus/) este singular bojedal (en la residencia campestre del primer ministro británico en Chequers ) es el único encontrado con especímenes comparables a los del claustro y de edad similar.
(8) “Madrid Verde” Jesús Izco. Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación- Comunidad de Madrid. IEAPA 1984. Páginas 265,266.
(9) Noticia de Bojedas
En Jaén
http://www.sierrasdecazorlaseguraylasvillas.es/index.php?option=com_sobi2&sobi2Task=sobi2Details&catid=62&sobi2Id=609&Itemid=192
http://www.biolveg.uma.es/abm/Volumenes/vol21/21_Torres.pdf
En Valencia
http://foro.tiempo.com/curiosa-bojeda-relictica-t129967.0.html
Navarra y más
http://www.biodiversidad.navarra.es/Habitat.aspx?id=5110&lg=es
http://www.magrama.gob.es/es/biodiversidad/temas/red-natura-2000/0904712280029340_tcm7-24255.pdf
http://www.misescapadaspornavarra.com/265-unzue-alaitz-carrascal-sendero-micologico-unzue-pena-unzue-echague-roble-pena-abrigo-monte-artatxu.html
Bojedal del Berguedá (Cataluña)
http://www.terra.org/bosques-singulares_2608.html
Bojedal del Suel de la Selba,(Pineta)
http://www.antoniocardiel.com/?paged=2
En Soria. El “Cañón del boj” entre el Cañón del Río Lobos, La Fuentona y el Sabinar de Calatañazor
http://www.tierrasdelcid.es/7_3_d.php
Un ejemplar singular de 7 metros en Broto.
http://pirineosordesa.com/index.php/ordesa-menu/flora-fauna-ordesa/flora-ordesa/195-arboles-monumentales-ordesa-broto
(10) Jardin Claustro Catedral de Segovia Segovia Segovia Viajes y visitas virtuales Aquí puedes disfrutar un rato con todos los detalles de cómo estaba el claustro hasta la reforma de 2011.
(11) El Sitio Real de Riofrio “Historia de un proyecto cortesano en la España del S. XVIII” Tomo I, Tesis Doctoral. Juan Francisco Hernando Cordero, León 2008. Universidad de León, Facultad de Filosofía y Letras.
(12) El Entorno de Segovia en la historia de la dinastía Borbón – Juan Ramón Aparicio González de Alejandro – Google Books, Aulas de Verano. Instituo Superior de Formación del Profesorado. Mº de Educación, Cultura y Deporte. 2004. Pagina 84.
(13) Extracto del libro «The Romance of Spain” por Charles W. Word editado en 1900 en Londres en relación con el Claustro de la Catedral de Segovia. Incluye referencias adicionales sobre el autor.
(14) Ramón Morales del Real Jardín Botánico, CSIC. Escribe en Anales Cervantinos Vol XXXVII, pp 267-295, 2005 el  “Glosario de alusiones a vegetales en las obras completas de Cervantes” . Cuando se refiere al boj en la pagina 275, habla de los «notables» bojes del Claustro. http://analescervantinos.revistas.csic.es/index.php/analescervantinos/article/download/83/84
El mismo junto con Manuel Pardo de Santayana, escriben un articulo en el libro “Paraíso Cerrado, Jardín abierto” con otros autores . En él citan los bojes del claustro de Segovia como  ¡los más grandes nunca vistos!  “Vegetales y vida simbólica  algunos ejemplos que perviven”  Manuel Pardo de Santayana y Ramón Morales  paginas 321 a 340 (la cita en la 333). http://www.academia.edu/1077466/Vegetales_y_vida_simbolica_algunos_ejemplos_que_perviven
(15) Ver estupenda colección de fotografías de Josep Salvany  (Biblioteca Nacional de Cataluña) de su visita a Segovia en 1915, entre las que hay varias en el Claustro, publicadas en el recomendable blog Arqueologia de Imagenes

Acerca de lagarto astuto

Inquieto e interesado en casi todo...
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14 respuestas a Los bojes enclaustrados

  1. Harry Potter dijo:

    Muy buen blog, mucha información interesante, saludos.
    http : / / dominaelartedepescar . com / blog

  2. 8doloress dijo:

    Este artículo me ha gustado muchisimo, un trabajo estupendo, didáctico y muy ameno. Gracias

    • Gracias Lola…..con seguidores así da gusto. Me alegro de que te resultase interesante.
      Es sólo una hipótesis posible.
      Dos siglos y medio son muchos años, pero al ser, el boj con este porte, tan poco común y no tener otras referencias de comparación, pudiera ocurrir que incluso fuesen mucho más antiguos. ¿Y si los hubieran plantado en el mismo siglo XVI?.
      Sólo unos expertos botánicos nos lo podrían decir

  3. Mntxk dijo:

    Un ratillo para saludar al Blog de mi buen amigo Jose (como suena), a quien tengo como referencia de persona íntegra y de la que he aprendido mucho. Me he leído el artículo de los boj de la catedral de Segovia y me ha gustado mucho. Comparto esta admiración por las plantas centenarias en un marco histórico. Un abrazo.

    • Jose. Muchas gracias por tu comentario. Me alegro que te gustasen mis elucubraciones sobre los bojes de la catedral segoviana. Más cosas sobre ellos se quedaron en el tintero, y entre ellas datos y curiosidades de los palacios y jardines de la Granja y Riofrio donde hay muchos fantásticos ejemplares de arboles centenarios que conocerás bien y que también merecen admiración y cuidado.

  4. Tony Montón dijo:

    Me gusta, me gusta mucho. Voy a enlazarte en mi blog. Con permiso ¡Claro!

  5. Javier dijo:

    Jose (así, como suena, que diría Mntxk), llego a tu blog por tu firma del correo. Me ha encantado la entrada sobre los bojes, se la he pasado a un amigo paisajista, que seguro que le llama la atención.
    Javi A.

    • Javier: gracias por tu comentario. Me alegro que te haya gustado. Tengo pendiente seguir en la búsqueda de otros ejemplares arbóreos de boj. Precisamente Mntxk me comentó en la cena eel otro día sobre unos que hay en el Jardín del Capricho en Madrid. Seguro que son tambien singulares y tendrán una «historia» que contar. Saludos.

  6. Pingback: Pequeñas cosas – Charlotte Mason en español

  7. Llego a tu blog tras la huella jardinera de Winthuysen. En su publicación jardines clásicos de España hay foto del Claustro abandonado en 1920. Seran los bojs de los que hablas los que se ven la foto que acompaña.?un saludo

    • Carlos gracias por tu comentario. No he conseguido aún dar con la imagen a la que te refieres del libro de Javier Winthuysen Losada (Sevilla, 1874 – Barcelona, 1956) “Jardines Clásicos de España” editado en 1930, pero sin duda que en esa fecha tienen que verse nuestros bojes. Seguiré la pista. Saludos.

  8. Celia dijo:

    revista-arquitectura-1922-n39-pag312-313

    PDF (www.coam.org)

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